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BIENESTAR

Ejercicio físico y alimentación balanceada: el secreto de la buena salud

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Vivir una vida saludable requiere seguir ciertos hábitos que aumentan la calidad de vida.

 

Uno de los más importantes es el ejercicio físico. Un documento de la OMS (2010) asegura que las patologías cardiovasculares, vinculadas al sedentarismo y a una inadecuada alimentación, constituyen en la actualidad una de las principales causas de muerte en el mundo.

 

Sin embargo, evitar estas enfermedades es solo uno de los múltiples beneficios de la actividad física.

 

Beneficios del ejercicio físico

Ejercicio físico y alimentación balanceada: pilares de la buena salud.
  • Fortalece huesos y articulaciones: la actividad física te ayudará a fortificar los huesos y a mantener la movilidad en las articulaciones. Así, podrás anticiparte y disminuir o evitar ciertas patologías en la tercera edad.

 

  • Mejora tu ánimo y reduce el stress: mientras realizas ejercicio físico, tu cerebro genera endorfinas, una hormona que provoca bienestar y felicidad. Además, la actividad física permite aliviar las tensiones acumuladas en tu cuerpo. Realizarla diariamente te ayudará a disminuir el stress.
  • Mejora tu rendimiento físico y mental: el ejercicio físico diario aumentará tus condiciones físicas y tu rendimiento. El deporte fortalece el músculo cardíaco y aumenta la capacidad de los pulmones, lo que incrementará tu resistencia y mejorará tu respiración. Esto produce una mayor oxigenación y rendimiento mental.

 

  • Previene el sobrepeso y la obesidad: el 20% de la población mundial padece este problema. La obesidad incrementa el riesgo de padecer cardiopatías, diabetes y ciertos tipos de cáncer. Una alimentación equilibrada y el ejercicio físico resultan imprescindibles para prevenirla (OMS, 2010). En efecto, una caminata de una hora a diario te ayudará a lograr un peso corporal adecuado.

 

El ejercicio físico y la alimentación

 

Como explicamos anteriormente, estos dos elementos están estrechamente relacionados. Evita la comida chatarra y reemplázala por alimentos frescos o comidas preparadas en casa. Además, asegúrate de llevar una dieta equilibrada.

 

Una buena alimentación debe incluir proteínas, frutas, verduras y grasas saludables en proporciones adecuadas. Estas últimas, las podemos encontrar, en el maní, el aguacate, las nueces, las semillas y, por supuesto, en el aceite de oliva.

 

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Una buena nutrición tendrá una incidencia directa en tu rendimiento físico.

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Para iniciarte en el ejercicio físico, puedes comenzar con una caminata rápida e ir aumentando gradualmente el tiempo y la intensidad. Ten presente que el incremento de la exigencia no debe ser brusco: ten paciencia y respeta tu cuerpo.

 

Actualmente el abanico de actividades es tan variado, que seguramente hallarás la que mejor se adapte a tus posibilidades y gustos. Desde practicar natación, montar en bicicleta o participar en un grupo de running, hasta tomar clases de baile, crossfit, spinning, pilates o yoga.

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